Fuerzas

Una vez le dije al miedo,
que si tenía agallas de cazarme,
yo estaría aquí, sentada en tus pestañas,
desafiándole con mi sonrisa,
y con la mitad de mi vestimenta
regada por el suelo.

Desde ese día se pasea entre nosotros,
buscando cualquier indicio
que le haga activar su radar,
y abalanzarse contra mi cuerpo,
y así dejar mi piel hecha jirones.

Curioso duelo.

Nunca dos fuerzas lucharon tanto, por dejarme con tan poco.

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