Aprendizaje

Aprendí a recorrer las veredas,
y a caminar por los atajos,
hoy casi desaparecidos.

Aprendí a ser impasible 
con las personas que se han secado por su propio pie,
pero a compadecerme de las ramas muertas de los árboles.

Aprendí a no aceptar falsas banderas,
que poco a poco habían engullido,
las creencias de mis ancestros. 

Aprendí a volar con el pensamiento,
para que un futuro fuesen mis pies
los que sintieran envidia de mi imaginación. 

Para no traicionarme, 
le hice un par de promesas a mi espejo.

Para no olvidarlo, escribí.

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