A veces se pierde y otras, tú

Lo suyo no son besos, son saqueos.

Es como colarse en mi alma y disparar al corazón,
para luego llevárselo escondido en los bolsillos

Y así voy luego,
hipocondríaca,
hasta el punto de pensar que ya nada late.

Bum bum en el vacío.

Es como si separamos al poeta del arte,
al loco de la verdad,
y al político actual del fraude.

Nos perdemos,
nos extraviamos,
sentimos sin sentido.

Me ata pero con seda,
me acaricia pero con rabia,
y me rompe el tímpano a gemidos (de a dos).

Él no me besa, él se cuela dentro…
Él, como echar de menos.
Él, como un polvo de los de “mañana no nos mueve ni Dios”.

Él como los treinta segundos de un lunes por la mañana. 

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