Destrozar(nos)
Destrozar
puede ser el mejor verbo si se sabe cómo emplearlo.
Y tú,
experto en romperme de la forma más natural posible,
has
hecho que me replantee el valor que puedo llegar a otorgarle a ciertas
palabras.
Por
romperme, sólo quedan vestigios de lo que antiguamente fueron murallas, aunque
esto lo sabes desde hace quinientos treinta y un días. Ni uno más.
Por
romperme, sé darle valor a una tarde envuelta entre sabanas y sudor.
Por
romperme, sé lo que significa sostener algo valioso y no tenerlo.
Por
romperme, sé ver más allá.
Porque
me has destrozado, para qué negarlo.
Me has destrozado
las medias, el vestido, los “ya no más”, las palabras vacías.
Me has destrozado
mis promesas de no afrontar lo que no me guste.
Me has destrozado
aún sabiendo que iba a doler.
Curioso que me hayas dado tanto utilizando para ello el verbo más devastador del diccionario.
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