Sólo así
Lamiendo ganas y algún que otro recuerdo,
Rompí con el pasado y pacté el devenir.
Y yo, que siempre fui gata, hasta tu nombre,
sé de arañar las ansias,
de contener los gemidos,
y de gritar en silencio.
Que aunque cueste imaginarlo,
me dolió más cuando te latió el corazón,
y no cuando lo hizo tu entrepierna.
Así que si vas a quererme de verdad,
no lo hagas por mí.
Que te salga sin plantarlo,
que a la larga uno siempre acaba cansándose de regar.
Y así es cómo me matas,
no cuando mantienes el fuego,
sino cuando eres una puta combustión instantánea:
Tu ir quemándote cuando piensas en mí en la cama,
y no sólo cuando me tienes dentro de ella.
Cambia mis “¿cuánto me quieres?” por exclamaciones.
Por favor, lee el cuento,
léeme el cuento,
y haz que me lo crea.
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